jueves, 27 de agosto de 2009

¿Apertura energética? ¿Vamos a regalar algo más?

“No habrá manera de desarrollarnos y salir de la pobreza, mientras los pocos negocios grandes de nuestro medio se entreguen a las economías foráneas y nosotros nos quedemos con solo negocios de pobre, mientras en vez de ser propietarios de nuestro propio país nos convirtamos en un ejército de empleados del exterior.” José Figueres Ferrer

Esta frase para mi resume en mucho el sentimiento que tengo ahora en contra de la apertura del mercado de electricidad en Costa Rica. La producción energética, eje fundamental del desarrollo del país en los últimos 50 años, es hoy todavía más importante para el desarrollo debido a la crisis energética, y al eminente gasto de las energías fósiles, que en el pasado. Aún si no hubiera problemas de reservas y precios, es justificable continuar desarrollando las fuentes "alternativas" para el país por cuestiones de independencia energética y conservación ambiental.

No se imaginan el orgullo que ha sido para mi estando en el extranjero, hablar de como estas fuentes renovables producen más del 80 % (a veces 90 %) de la electricidad de Costa Rica, cuando en Inglaterra por ejemplo están apenas haciendo legislación para que ese porcentaje sea apenas del 15 % (si, risible para nosotros). Ha sido toda una experiencia contarle a los profesores universitarios como el ICE ha desempeñado ese papel fundamental.

En el ICE se ha dejado de invertir adecuadamente en los últimos años, y ahora esa falta de inversión es usada como excusa para justificar la inversión privada. El ICE, para quienes no lo sepan, es la institución más grande de América Central, incluso superando a la entidad operadora del Canal de Panamá ¿Se imaginan a Panamá abriendo el canal para que no sea público y las ganancias las obtengan operadores privados? Pues resulta que si nosotros abrimos el mercado energético, estaríamos haciendo algo peor: estaríamos perdiendo más.

En el ICE no se ha hecho la inversión necesaria. El ICE necesita dar el paso de solamente producir energía, y aprovechar su posición para desarrollar investigación que ayude al país a utilizar su potencial de manera eficiente. Esto no es posible con una política de estado en que se privilegien las ganancias (¿o existe algún otro interés en las empresas privadas de invertir que no sean las ganancias? ).

Con una apertura de mercado, esta posibilidad se ve ampliamente reducida, y las ganancias altas saldrán necesariamente del país. ¿Ustedes creen de verdad que los operadores privados les interese desarrollar energías alternativas solo por el beneficio del país? Cuando el objetivo fundamental es el dinero, esa inversión es prácticamente nula.

Sigo pensando que "abrir" el mercado energético es poco menos que "abrir" el mercado del agua. Ojalá la discusión acerca de este tema sea transparente (que triste que existan memorandums de los que no nos demos cuenta) y la población esté enterada de los alcances de esta propuesta de manera clara, para que la decisión (cualquiera que sea) con conciencia de sus consecuencias.

3 comentarios:

geocr dijo...

Me parece falta de visión la apertura energética. Lo que se necesita es mayor inversión x parte del gobierno para investigar, explorar y comercializar las fuentes alternativas (geotermia x ejemplo)que tenemos en el país.
Hay muchos ejemplos de como al privatizar los servicios públicos el resultado ha sido negativo para los usuarios. En Barcelona hace dos veranos un apagón tuvo a oscuras a gran parte de la ciudad x días. La causa, desde q se privatizó este servicio, la inversión x parte de las compañías ha sido mínimo. Dejo un link al respecto: http://revoltaglobal.cat/article1145.html

Unknown dijo...

Sabia frase la de don José Figueres…

Las políticas económicas que los países desarrollados y las instituciones internacionales (como el FMI y el BM) “recetan” a los países en vías de desarrollo, nos conducen, según mi parecer, al subdesarrollo. Nos limitan a las actividades primarias, encontrándose las fuentes de desarrollo en otros sectores.
Deberíamos ser capaces de ofrecer al mundo, productos o servicios de alto valor agregado, surgidos en el seno de nuestro país. Ciertamente, las empresas transnacionales son importantes fuentes de empleo, pero la riqueza generada no permanece en nuestro país, que es lo que necesitamos para surgir y mejorar nuestra calidad de vida.
La privatización es una forma de entregar nuestras fuentes de riqueza a estas empresas transnacionales y limitarnos a consumir nuestros recursos sin aumentar los beneficios que obtenemos de ellos.
Muchos justifican la privatización argumentando que la competencia mejora la calidad de los servicios, sin embargo, son muchos los casos que demuestran que la privatización no es más que el cambio de un monopolio público hacia uno privado. Con esto quedamos expuestos a las decisiones financieras de una empresa, que prevalecen sobre el bienestar social.
El caso de Argentina demuestra las consecuencias de la privatización, un aumento en las tarifas de los servicios básicos y por ende, en las diferencias sociales de la población.
Creo que nuestro país cuenta con el talento para alcanzar grandes logros… pero necesitamos mayor transparencia en el gobierno y un real interés en el bienestar social más que en el personal.

Un saludo!

Chaves dijo...

Geocr, excelente el comentario al respecto. No conocía el caso de Barcelona, y me parece que es muy cercano por las similitudes en idiosincrasia que existen entre Costa Rica y este caso. De verdad le agradezco mucho el comentario, y ojalá siga aportando por acá.

Ileana, excelente comentario. Las políticas económicas de las instituciones internacionales no consideran las consecuencias (o no quieren considerarlas) de dejar servicios tan básicos sean tomados por organizaciones que tienen como único objeto el lucro. El caso de Argentina (que en el pasado ponían como ejemplo de éxito) es clarísimo.

Aquí a cualquiera que luche por mantener servicios tan básicos dentro de lo público se le acusa de bolchevique, pero no hay que llegar a eso para ver causas y consecuencias. Justifican criticando a los sindicatos (que tienen parte de la culpa), y dejan de invertir como han dejado de invertir en el ICE. El ICE es para mi la joya de la corona de Costa Rica, y su potencial es enorme. Ya es más para Costa Rica de lo que es el Canal de Panamá para su país, y podría ser nuestro equivalente de PDVSA en cuestión de entrada de recursos (dejando el lado político de lado, que es otro tema).

Por otro lado, siento reacciones muy positivas en contra de esto. Esperemos que haya un análisis adecuado por parte de la población sobre el tema.

Saludos